La salud como prioridad legislativa: aportaciones de la Cámara de Diputados y su impacto en el sistema nacional

En el contexto de una legislatura marcada por tensiones políticas y grandes desafíos estructurales, la Cámara de Diputados ha tenido un papel activo en la configuración de una agenda de salud pública que busca responder tanto a necesidades urgentes como a deudas históricas del sistema.

Con avances clave en salud mental, enfermedades raras, prevención de adicciones y digitalización del expediente clínico, la LXVI Legislatura ha generado una base normativa que puede traducirse —si se implementa con inteligencia— en un sistema más robusto, más justo y ágil.

El derecho a la salud, reforzado en la Constitución

Uno de los movimientos más relevantes ha sido la reforma al artículo 4º constitucional, que fortalece la garantía jurídica del derecho a la salud. No se trata solo de una declaración de principios, sino de un blindaje institucional que obliga a los tres órdenes de gobierno a priorizar el acceso efectivo a servicios médicos de calidad.

Este marco abre la puerta a que cualquier política pública sanitaria —desde la cobertura universal hasta la regulación de medicamentos— tenga sustento constitucional, fortaleciendo el entramado del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Control de sustancias y prevención desde el Congreso

En diciembre de 2024, con mayoría transversal, la Cámara aprobó reformas que prohíben la producción, distribución y uso de vapeadores y fentanilo, así como de sus precursores. Esta decisión, lejos de ser cosmética, responde al crecimiento alarmante del uso de estas sustancias entre adolescentes y a los impactos documentados en salud respiratoria y adicción.

Si bien su efectividad dependerá del rigor regulatorio y la capacidad de vigilancia del Estado, la señal del Congreso es clara: se prioriza la prevención desde la raíz, aún con resistencias económicas y comerciales.

Salud mental, materno-infantil y partería intercultural

En la dimensión humana, emocional y social del sistema, las diputadas y diputados han dado pasos que vale la pena destacar. Entre ellos:

  • La incorporación de salud mental materna como parte de los derechos en el embarazo y puerperio.
  • La promoción de tamiz cardíaco neonatal y detección temprana de enfermedades raras, iniciativas que pueden cambiar la historia clínica de miles de niñas y niños cada año.
  • El reconocimiento de la partería tradicional como práctica válida y segura en contextos rurales e indígenas, con potencial para reducir muertes maternas.

Estas propuestas articulan una visión más integral del cuidado, donde la medicina institucional se complementa con la sabiduría comunitaria.

Digitalización e inteligencia artificial en salud

Tal vez uno de los cambios más estructurales que se discuten actualmente es la creación de un sistema interoperable de expediente clínico electrónico, junto con recetas digitales e incluso el uso regulado de inteligencia artificial en diagnóstico y monitoreo.

La apuesta es ambiciosa: convertir a México en un país donde los datos clínicos sean continuos, accesibles y útiles para tomar decisiones clínicas y de política pública. Por ahora, hay propuestas sólidas en comisión, con amplio respaldo técnico. El reto será presupuestal y operativo.

Un Congreso que dialoga con la ciencia y la realidad

No todas las iniciativas se convertirán en ley. No todas serán ejecutadas en tiempo. Pero lo que sí refleja esta legislatura es una voluntad explícita por legislar en salud con enfoque preventivo, con sensibilidad social y con visión tecnológica. Esa es una diferencia importante respecto a ejercicios anteriores.

El Congreso está entendiendo, al menos en esta etapa, que fortalecer el sistema de salud no es solo comprar más medicinas. Es anticiparse. Es reconocer a quienes históricamente han estado fuera. Es usar la ley como herramienta de salud pública.

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